La investigación ha revelado que una sesión corta, pero intensa de HIIT aumenta la producción de una proteína especializada llamada factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) que es esencial para la formación del cerebro, el aprendizaje y la memoria. Esto podría proteger al cerebro del deterioro cognitivo relacionado con la edad.
BDNF promueve la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones y vías. Además, también promueve la supervivencia de las neuronas.
Los estudios en animales han demostrado que aumentar la disponibilidad de BDNF fomenta la formación y el almacenamiento de recuerdos, mejora el aprendizaje y, en general, aumenta el rendimiento cognitivo. Estas funciones clave y sus aparentes cualidades neuroprotectoras han llevado al interés por el BDNF para la investigación del envejecimiento.
El autor principal del estudio, Travis Gibbons de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, explica que se ha mostrado que el BDNF muy prometedor en modelos animales, pero hasta ahora las intervenciones farmacéuticas no han logrado aprovechar de manera segura el poder protector de BDNF en humanos. «Vimos la necesidad de explorar enfoques no farmacológicos que puedan preservar la capacidad del cerebro que los humanos pueden usar para aumentar naturalmente el BDNF para ayudar con un envejecimiento saludable».
El ejercicio breve, pero vigoroso, era la forma más eficiente de aumentar el BDNF
Los investigadores compararon los siguientes factores para estudiar los efectos aislados e interactivos:
- ayuno de 20 horas, ejercicio ligero (ciclismo de baja intensidad de 90 minutos)
- ejercicio de alta intensidad (6 minutos de HIIT)
- ayuno y ejercicio combinados
Descubrieron que el ejercicio breve, pero vigoroso, era la forma más eficiente de aumentar el BDNF en comparación con un día de ayuno con o sin una sesión prolongada de ejercicio ligero. El BDNF aumentó de cuatro a cinco veces más en comparación con el ayuno (sin cambios en la concentración de BDNF) o actividad prolongada.
La causa de estas diferencias aún no se conoce y se necesita más investigación para comprender los mecanismos involucrados. Sin embargo, se cree que podría estar relacionado con el cambio de sustrato cerebral y el metabolismo de la glucosa, la principal fuente de combustible del cerebro.
El aumento de las plaquetas podría ser la clave
Los investigadores descubrieron que el aumento de BDNF observado durante el ejercicio podría deberse al aumento del número de plaquetas (células sanguíneas más pequeñas) que almacenan grandes cantidades de BDNF. La concentración de plaquetas que circulan en la sangre está más influenciada por el ejercicio que por el ayuno y aumenta en un 20 %.
Doce participantes físicamente activos (6 hombres y 6 mujeres con edades entre 18 y 56 años) participaron en el estudio. La proporción equilibrada de participantes masculinos y femeninos fue para proporcionar una mejor representación de la población en lugar de indicar diferencias de sexo.
El estudio se publicó el 11 de enero de 2023 en el The Journal of Physiology.